miércoles, 20 de junio de 2012

El gato negro


No creerán esta historia. Pero es real, tan real como que yo estoy sentado aquí escribiéndola tan real como que yo voy a morir en la mañana. Sí, esta historia termina con mi fin, con mi muerte. 
Yo siempre fui una persona amable y cariñosa todos te dirán esto. Ellos también te dirán que yo siempre amé a los animales más que a nada. Cuando era pequeño, mi familia siempre tuvo muchos diferentes animales en la casa. Mientras yo crecía, perdía la mayoría de mi tiempo con ellos, dándoles de comer y limpiándolos. 
Me casé cuando era muy joven, y me alegré de ver que mi esposa amaba a todos nuestros animales tanto como yo. Ella compró los más hermosos animales. Teníamos toda tipo de aves, un pez dorado, un perro estupendo y un gato. 
El gato era un animal muy grande y hermoso. Era negro, negro por todas partes, y muy inteligente. Era tan inteligente que mi esposa siempre se reía de lo que algunas personas creían; creían que los gatos negros eran malvados, enemigos en forma de gatos. 
Pluto ese era el nombre del gato era mi favorito. Yo era siempre quien lo alimentaba, y el me seguía a todas partes. ¡A veces tenía que detenerlo de seguirme por las calles! Por años, él y yo vivimos felices juntos, los mejores amigos. 
Pero durante ésos años yo estaba cambiando lentamente. Era ése enemigo del hombre llamado Alcohol lo que me estaba cambiando. Ya no era la persona amable y cariñosa que era antes. Me puse cada vez más egoísta. Me enojaba de repente sobre cosas sin importancia. Comencé a usar mal lenguaje, la mayoría de las veces con mi esposa.
 A veces la golpeaba. Y para entonces, por supuesto, les estaba haciendo cosas horribles a nuestros animales. Golpeé a todos ellos, pero nunca a Pluto. Pero mi enfermedad se estaba volviendo peor ¡OH, sí el alcoholismo es una enfermedad!. Pronto, empecé a dañar a mi querido Pluto también. 

Recuerdo esa noche muy bien. Regresé a casa tarde, completamente alcohólico otra vez. Yo no entendía por qué Pluto no se alegró de verme. El gato se mantenía alejado de mí. ¡Mi Pluto no quería estar cerca de mí! Lo cogí y lo levanté, sosteniéndolo fuerte. El tuvo miedo de mí y mordió mi mano. 
De repente, ya no era yo. Alguien más estaba en mi cuerpo: alguien malvado, y loco por la bebida. Tomé mi cuchillo de mi bolsillo, sostuve al pobre animal por su cuello y le corté uno de sus ojos. 
A la mañana siguiente, mi conciencia estaba llena de dolor y horror cuando me levanté. Estaba profundamente arrepentido. No podía entender cómo había podido hacer una cosa tan malvada. Pero la bebida pronto me ayudó a olvidar. 
Lentamente el gato fue mejorando. Pronto ya no sintió más dolor. Ahora había solo un agujero feo y seco donde estaba el ojo. El comenzó a rondar la casa como siempre. Por supuesto, el no volvió a acercarse a mí y el corría cuando me acercaba muy cerca. 
Yo sabía que el no me amaría nunca más. Al principio estaba triste. Luego, lentamente, comencé a sentirme enojado, e hice otra cosa horrible... 
Tenía que hacerlo no podía detenerme. Lo hice con una tristeza terrible en mi corazón porque sabía que era malvado. Y por eso fue que lo hice ¡Sí! Lo hice porque sabía que era malvado. ¿Qué hice? Cogí al gato y lo colgué por su cuello en la rama de un árbol, hasta que murió. 
Esa noche me desperté de repente mi cama estaba en llamas. Escuché gente gritando afuera: "¡Fuego! ¡Fuego!". ¡Nuestra casa estaba quemándose! Yo, mi esposa y los sirvientes tuvimos suerte de escapar. Nos quedamos de pie viendo como la casa se desplomaba bajo el fuego. 
No quedaba nada de la construcción a la mañana siguiente. Todas las paredes cayeron durante la noche, excepto una una pared en el medio de la casa. Comprendí porque no se había quemado: había nuevo yeso en ella. El yeso estaba todavía bastante húmedo. 
Me sorprendí de ver a un grupo de gente cerca de la pared. Estaban hablando, y parecían estar bastante excitados. Me acerqué y vi por sobre sus hombros. Vi una forma negra en el nuevo yeso blanco. Era la forma de un gran gato, colgando de su cuello. 
Miré la forma con horror. Varios minutos pasaron antes de que pudiera pensar claramente de nuevo. Sabía que tenía que pensar claramente. Tenía que saber por qué estaba ahí. 
Recordé cuando colgué al gato en el jardín cerca de la puerta. Durante el incendio el jardín estaba lleno de gente. Probablemente, alguien cortó al gato muerto del árbol y lo arrojó por la ventana para tratar de despertarme. Las paredes que caían presionaron el cuerpo del animal en el yeso fresco. El gato se quemó completamente dejando la forma negra en el yeso. Sí estaba seguro de que eso había pasado. 
Pero no pude olvidar esa forma negra por meses. La vi hasta en mis sueños. Me empecé a sentir triste por perder al animal. Así que empecé a buscar otro. Busqué más que nada en los lugares más pobres de la ciudad donde yo iba a beber. Busqué a otro gato negro, del mismo tamaño y tipo que Pluto. 
Una noche, mientras estaba sentado en un oscuro y sucio bar, noté un objeto negro sobre un armario, cerca de algunas botellas de vino. Me sorprendí cuando lo vi. "Miré esas botellas hace unos minutos," pensé, "y estoy seguro de que ese objeto no estaba ahí antes..." 
Me levanté, y fui a ver que era eso. Levanté mi mano, lo toqué y descubrí que era un gato negro uno muy grande, como Pluto. Era como Pluto, pero tenía una diferencia: tenía una mancha blanca en su pecho. 
El gato se levantó cuando yo lo toqué, y presionó su cabeza contra mi mano varias veces. Le agradé. ¡Este era el animal que estaba buscando! Cuando me fui, el se fue conmigo a nuestra casa tenemos otra y entró. Inmediatamente saltó a una silla y se durmió. Se quedó con nosotros, por supuesto. El quiso a nosotros dos y pronto se volvió el animal favorito de mi esposa. 
Pero, según pasaron las semanas, me empezó a desagradar el animal más y más. No sé por qué, pero odié el modo en que me amaba. Pronto comencé a odiarlo pero no era malo con el. Sí, era muy cuidadoso sobre esto. Me mantuve lejos de él porque recordé lo que le hice a mi pobre Pluto. También odié al animal porque sólo tenía un ojo. Noté esto a la mañana siguiente que el me siguió. Por supuesto, esto hizo que mi esposa la amara más aún. 
Pero mientras más lo odiaba, el parecía amarme más. Me seguía a todas partes, poniéndose bajo mis pies. Cuando me sentaba, el siempre se sentaba debajo de mi silla. Frecuentemente trataba de saltar a mis rodillas. Quería matarlo cuando hacía esto, pero no lo hacía. Me detuve porque recordaba a Pluto, pero también porque tenía miedo del animal. 
¿Cómo puedo explicar este miedo? Esto no era realmente un miedo de algo malo..., pero entonces ¿cómo puedo además describirlo? Lentamente, este miedo extraño se transformó en horror. Sí, horror. Pero si les digo por qué, no me creerían. Pensarían que estoy loco. 
Varias veces, mi esposa tomó al gato y me mostró la forma blanca de su pecho. Ella decía que la forma lentamente estaba cambiando. Por mucho tiempo, no le creí, pero lentamente, después de muchas semanas, comencé a ver que ella tenía razón. La forma estaba cambiando. Sus lados se estaban haciendo más y más rectos. Empezaba a parecerse más y más a un objeto… Después de varias semanas, vi lo que la forma era. ¡Era imposible no verlo! Allí, en su pecho, estaba la forma de un objeto que siempre temí nombrar… Era esa máquina de dolor y muerte ¡Sí, la horca! 
Yo no volví a conocer el significado de felicidad o descanso. Durante el día, el animal nunca me dejaba solo. De noche, me despertaba casi cada hora. ¡Recuerdo despertar de terrible pesadillas y sentirlo sentado cerca de mi cara, presionando con su pesado cuerpo sobre mi corazón! 
Yo era ahora un hombre muy diferente. No había ni la más pequeña pieza de bondad en mí. Sólo tenía malos pensamientos – los más oscuros y malvados pensamientos. Odié a todo y a todos, también a mi querida esposa. 
Un día ella bajó a la bodega conmigo para cortar un poco de madera (ahora éramos muy pobres para tener un sirviente). Por supuesto, el gato me siguió por las escaleras y casi me hizo caer. Esto me puso muy enojado, así que tomé el hacha y traté de cortar al gato en dos. Pero cuando bajé el hacha, mi esposa detuvo mi brazo con su mano. Esto me puso más furioso, y empujé su mano lejos de mi muñeca, levanté la herramienta nuevamente, la bajé fuertemente y la enterré en su cabeza (Perdón la expresión, es la que quedaba mejor).? 
Debía ocultar el cuerpo. Sabía que no podrá sacarlo de la casa. Los vecinos notan todo. 
Pensé en cortarlo en piezas y quemarlo. Pensé en enterrarlo en el piso de la bodega. Pensé en arrojarlo al río que estaba al fondo del jardín. Pensé en ponerlo en una caja de madera y sacarlo de la casa por ese medio. Finalmente, decidí esconder el cuerpo en una de las paredes de la bodega. 
Era una construcción muy vieja, cerca del río, así que las paredes estaban bastante húmedas y el yeso era suave. Había nuevo yeso en una de las paredes, y yo sabía que debajo de el la pared no era muy fuerte. También sabía que esta pared era muy gruesa. Podría esconder el cuerpo en el medio de ella. 
No fue difícil. Saqué un poco de yeso, algunas rocas e hice un agujero en la tierra que llenaba el centro de la pared. Puse a mi esposa ahí, puse de nuevo las rocas, hice un poco de yeso nuevo y lo puse en la pared. Luego limpié el piso, y miré cuidadosamente alrededor. Todo estaba como antes. Nadie sabría nada. 
Luego, subí a matar al gato. El animal me traía mala suerte. Tenía que matarlo. Busqué por todos lados, pero no lo encontré. Estaba seguro de que era por la muerte de mi esposa; era muy inteligente para acercarse a mí ahora. 
Esperé toda la tarde, pero no vi al malvado animal. Tampoco volvió durante la noche. Y así, por primera vez durante mucho tiempo, dormí bien. Cuando me desperté a la mañana siguiente, me sorprendí de ver que el animal no había vuelto. Dos, tres días pasaron y todavía no volvía. No puedo decirles cuan feliz me empecé a sentir. Me sentía mucho mejor sin el gato. ¡Sí, era el quien me traía mi infelicidad! Y ahora, sin él, comencé a sentirme como un hombre libre otra vez. Era maravilloso ¡no más gato! ¡Nunca más! 
Varias personas vinieron y preguntaron sobre mi esposa, pero yo respondí a sus preguntas fácilmente. Luego, en el cuarto día, vino la policía. No me preocupé mientras revisaban la casa. Me dijeron que fuera con ellos mientras revisaban. Miraron por todos lados, varias veces. Luego ellos bajaron a la bodega. Fui con ellos, por supuesto. No estaba preocupado ni un poco. Yo caminaba tranquilamente arriba y abajo, mientras ellos revisaban. 
No encontraron nada, por supuesto, y pronto estuvieron listos para irse. Estaba tan feliz que no podía dejar de hablar mientras subían las escaleras. Realmente no sabía lo que estaba diciendo. ”Buen día para todos ustedes, queridos señores.” Dije. “Sí esta es una vieja casa bien construida ¿no? Sí, una casa vieja bien construida. Estas paredes son fuertes, ¿no creen?” Golpeé fuerte en la parte de la pared donde estaba mi esposa. 
Una voz vino de adentro de la pared, en respuesta a mi golpe. Era un llanto, como el de un niño. Rápidamente, se volvió un largo grito de dolor y horror. Vi a los policías quedarse parados boquiabiertos. Rápidamente bajaron y comenzaron a romper la pared. Ésta cayó rápidamente y allí estaba mi esposa, parada dentro. Allí estaba ella, con sangre seca sobre su cabeza, mirándolos. Y allí estaba el gato, parado sobre su cabeza, su roja boca abierta en un grito, y su único ojo brillando como el fuego. ¡El astuto animal! Mi esposa estaba muerta por su culpa, y ahora su malvada voz me mandaba a la horca.

Luces en el cielo

Esta historia le ocurrió a un amigo (Juan), cuando fue de pesca con un compañero de trabajo a una costa alejada de la ciudad de Mar del Plata.
Era las 12 de una noche fría, una noche en la que el mar traía una suave brisa.
Juan y su compañero se sorprendieron al divisar una luz brillante que se movia de un lado para el otro en el cielo estrellado. 
Entre risas Juan utilizó una linterna alógena que guardaba entre sus cosas para hacerle señas. Tras unos minutos, Juan dejó de jugar con ella y ambos volvieron a la pesca. la luz desapareció. 
Minutos después sintieron que algo los iluminaban desde arriba. La intensa luz volvió pero esta vez mas de cerca y los cubrió por unos 30 segundos, durante los cuales se quedaron inmóviles sin saber qué hacer. Tras esto la luz se perdió en la oscuridad del cielo otra vez. Los hombres se miraron entre ellos tratando de explicarse lo ocurrido. 

De pronto, ambos se sintieron extraños. Sentían calor, y ya no corría esa brisa que provenía del mar. Decidieron irse. Por instinto, Juan miró su reloj antes de partir. Para su sorpresa, el mismo marcaba las 4 de la mañana...

Fantasma del Puente

Esta es una historia real ocurrida en los años 60, cuando en mi ciudad el alumbrado era apenas visible en la noche.
Cuenta mi padre que es una persona enteramente no creyente, que al salir una tarde al colegio llevaba sus libros atados con una cuerda, pensando en como resolver aquella noche su examen de literatura, aún faltaban 20 minutos para caer el sol y caminaba deprisa para no atrasarse a la hora de su entrada. 
Obligada a su camino diario exigía que pasara por un antigüo puente de piedra con poca altura en relación al río.
Esa tarde me dijo que había crecido el río por una tormenta y resultaba bastante estrepitosa la corriente. 
Al terminar la clase por la noche y después de haber superado el examen de literatura se encaminó a casa junto con un amigo para hacer el camino más llevadero, al alcanzar la calle que acerca al rio los dos miraron muy a lo lejos una extraña luz que se vislumbraba entre las sombras.
Simplemente siguieron caminando pero poco a poco al acercarse al puente miraron como esa luz tenue danzaba como de lado a lado, haciendo zig-zag en medio del río, sus ojos no daban crédito a la luz que cada vez se iba acercando más a ellos.
Pronto detuvieron su camino y pudieron ver desde la mitad del puente la figura de un espectro que flotaba de pie sobre las turbulentas aguas con una pesado tronco sobre su espalda, su cabello largo y oscuro completamente mojado. Lo último que recuerda mi padre y su amigo antes de quedar por unos largos minutos catatónicos del miedo, es que era como un hombre sin rostro. 
Aquella noche no llovió pero al volver nuevamente en si, tanto el cómo su amigo estaban completamente mojados y sus libros habían desaparecido, solamente quedaban las cuerdas. 
Al no llegar pronto a casa mi abuelo, que en paz descanse, bajó en su búsqueda y encontró a los muchachos aún temblando, sin saber que decir y como decirlo.. 
Mi abuelo pensó que les había escupido el río, no daba crédito a lo que habían visto, entonces los tres escucharon un extraño ruido como un lamento al otro lado del rio y el mismo espectro desaparecía entre la bruma del rio.
Mi padre no pudo dormir bien en mucho tiempo y su amigo se le encaneció el cabello, mi abuelo decidió que nunca más volverían a pasar solos por aquel camino.

la figura negra

Me encanta el verano! Siempre voy al pueblo de mi padre y me junto con otros chavales que tampoco viven allí pero que vuelven todos los años. Pasamos los días en la piscina y las noches bebiendo y riendo. Solemos estar bebiendo y fumando todos los amigos en un claro que hay en un pinar cerca del pueblo. Mi padre me dice que no entremos allí..que no es un sitio adecuado para estar de noche...pero chulísimo, se está muy agusto, y además nunca hay nadie. No entiendía porque me daba esa advertencia hasta que una noche sucedió algo que nunca podré olvidar.

Estabamos allí de risas y hablando de nuestras cosas hasta que en un momento de la noche una amiga, Silvia, empezó a ponerse blanca. Gritaba temblando que en la oscuridad, entre los pinos, había alguién o algo...estaba quieto mirándola muy fijamente...Todos comenzamos a reir bromeando y le dijimos que dejara de beber. Ella no salía de su temor...ya no veía la figura pero estaba segura que no se la había imaginado. Varios nos ofrecimos a ir hasta el sitio para que se convenciera de que no había nada ni nadie.

Tras la comprobación a Silvia se le pasó el susto. Todos seguimos riendo y charlando cuando esta vez fui yo el que se sentía observado por alguién. Esa hombre...pálido mirándome fijamente...¡¡ERA VERDAD!!. Me entró tal desesperación que comencé a gritar. Silvia lo volvió a ver y también gritaba. Nadie entendía nada pero nos pedían que parasemos...la broma se estaba haciendo pesada. Nosotros insistíamos: "no es una broma. ¿Acáso no le veís?" Nadie le veía...había vuelto a desvanecerse.

Algunos fueron a mirar otra vez...¡nada! Seguimos allí pero yo ya no estaba nada agusto...de repente Raúl gritó un fuerte "Dios, ¿Qué es eso?" de una forma agónica, se levantó y empezó a correr hacía el pueblo...todos le imitamos. No tuve tiempo de girarme y mirar, pero sé lo que vio. Esa figura de mirada pálida penetrándote...

Nunca más volvimos allí...nadie de nosotros se ha atrevido nunca a comentarlo...pero estoy seguro que no somos los únicos que lo hemos visto. Ya sé porque mi padre me decía que no entráramos allí... y porque nunca me decía la razón. Él, al igual que yo, no quiere nombrarlo nunca más.

Fantasma en la Carreterra

En esta ocasión vamos a realizar turismo fantasmagórico y es que queremos conocer algunos de los más populares fantasmas.
Comenzando por uno de los casos más misteriosos que se ha podido hallar en Portugal, Sintra para ser más exactos, el del fantasma de Teresa Fidalgo, también denominado como “El fantasma de la curva”. La historia tras este personaje es muy similar a la leyenda urbana que habla de recoger a gente de la carretera, siendo la peculiaridad de este caso el hecho de que exista un video en el mismo instante en el que el alma en pena sube al automóvil y le cuenta su historia a los ocupantes del vehículo. Al final se puede presenciar un accidente del cual solo uno de los ocupantes saldría vivo y como es fácil imaginar, el video sería altamente comentado por los medios portugueses (tanto a favor y contra). Debido a los pocos datos no se puede dar fé sobre que tan verídico resulta, siendo hoy parte de la cultura popular portuguesa, habiendo gente que asegura haber vivido hechos similares, documentales y reinterpretaciones de la historia.

                                                                 Vídeo del Fantasma

viernes, 15 de junio de 2012

Edward Mordrake, el hombre con dos rostros

Edward Mordrake era un inglés que tenía un rostro extra en la nuca.
De acuerdo a las historias que se cuentan de él, el rostro no podía hablar ni comer, pero podía reír y llorar.
Edward suplicó a los médicos que le extrajeran este gemelo demoniaco porque, supuestamente, le susurraba cosas horribles en la noche, pero ningún médico se atrevió a intentarlo.
Edward cometió suicidio a la edad de 23 años.

En él se dice que Edward Mordrake era heredero de una familia noble de Inglaterra, su gemelo parásito era en realidad ella y hasta se escribió una opera con su historia llamada "Poor Edward".

Además encontré este otro relato:

“Una de las historias más raras así como de las más melancólicas de la deformidad humana es la de Edward Mordrake, quien iba a ser el heredero de una de las familias más nobles de Inglaterra. Sin embargo nunca reclamó el título y se suicidó a los veintitrés años. Vivía en un retiro absoluto, evitando las visitas incluso de los miembros de su familia. Era un joven de grandes conocimientos, un buen estudiante y un músico de rara habilidad. Su figura era remarcable por su gracia natural, y su rostro –su rostro natural- era como el de Antinoo. Pero en la parte de atrás de su cabeza había otra cara, la de una chica muy guapa, “adorable como un sueño, atroz como un demonio”. El rostro femenino era una mera máscara, “ocupando sólo una pequeña zona de la parte posterior del cráneo, aunque mostrando signos de inteligencia de aire maligno”. Se la había visto sonriendo y burlándose mientras Mordrake lloraba. Sus ojos seguían los movimientos del espectador, y sus labios se movían sin cesar. La voz era inaudible pero Mordrake aseguraba que durante la noche no podía conciliar el sueño debido a los odiosos susurros de su “gemela diabólica” como él la llamaba, “que nunca duerme, pero que me habla de tales cosas de las que sólo se oyen en el infierno. La imaginación no puede concebir las tentaciones espantosas en las que me envuelve. Por alguna imperdonable maldad de mis antepasados estoy cosido a este demonio – porque estoy seguro que es un demonio. Yo ruego y suplico para que lo eliminéis del mundo, aunque yo muera”. Estas eran las palabras del desventurado Mordrake a Manvers y Treadwell, sus médicos. Aunque lo vigilaban constantemente consiguió procurarse veneno, debido a lo cual murió, dejando una carta en la que pedía que la “cara demoníaca” fuera destruida antes de su funeral, “para que no continuase con sus espantosos susurros en la tumba”. Por petición propia fue enterrado en tierra baldía, sin ninguna lápida o marca que dejara constancia de su tumba.”


Pobre Edward
¿Has oído lo que dicen de edward?
En la parte de atrás de su cabeza
Tenía otra cara
Era la de una mujer
O la de una joven.
Decían que quitársela lo mataría
Así que el pobre edward estaba perdido

La cara reía y lloraba
Era su hermana gemela malvada
Por las noches ella le hablaba
De cosas solo mencionadas en el infierno
Era imposible separarlos
Encadenados juntos de por vida

Al final, la campana dobló por su condena
Alquiló unas habitaciones
Y se ahorcó con ella
De los barrotes del balcón
Algunos todavía creer que se liberó de ella
Pero yo la conocía muy bien
Y digo que le llevó al suicidio
Y se llevó al pobre Edward al infierno...

El Gato

Lo que ocurrió es tan bizarro, paranormal e ilógico que no podría imaginar que mucha gente crea lo que estoy por contar. Soy un escritor de una editorial muy exigente, justo había terminado una buen libro de auto superación, pero tenía errores y me habían obligado a corregirlos para entregarlo de nuevo una semana después.

“Siempre fui un amante de los animales y no estoy en mi ciudad natal, vine por que en esta ciudad esta el plantel principal de la editorial, solo estoy de viaje y vengo de lejos, no pude traer mis mascotas por lo largo del viaje, estoy en un pequeño departamento sin compañía, iba directo a una tienda de mascotas para conseguir un compañero temporal, y no sentirme solo mientras estaba encerrado arreglando los pequeños errores del libro

“Camino hacia el lugar me tope con un gato, no tenia ojos, extrañamente no me dio miedo, incluso me dio lastima, así que decidí tomarlo. Justo ahora me arrepiento de haberlo hecho.

“Lo lleve a revisar a con un veterinario para ver que no tuviera algo grave, solo tenia una pequeña infección en la pierna, pero apenas estaba emergiendo, así que fue fácil erradicarla, en la sala del veterinario era fácil notar que yo era el único al que no le daba asco la situación del gato, nunca le puse nombre, tanto por que no me dio tiempo, como que todavía no me quería encariñar tanto con el.

“Una vez en casa lo deje que jugara libre por el apartamento, a pesar de estar ciego parecía saber exactamente donde estaba y como moverse por el lugar, no me pareció extraño, solo pensaba en lo prepotente que se ha de sentir el pobre animal.

“Mientras el jugaba, yo comencé a corregir los primeros errores del libro en mi laptop. Inmediatamente me fui a dormir, todo normal, fue a la mañana siguiente cuando todo comenzó.

“Créanme o no, cuando desperté, había frente a mi, yo volteando directamente al techo, un hombre viéndome a los ojos, parado a un lado de mi cama, o eso creía que hacía, pues ese hombre no tenia ojos con que verme, solo veía un par de cuencas vacías, grite como cualquier persona normal lo haría, estaba paralizado, en eso el hombre se deja caer al piso para andar a cuatro patas, se acurruca en una esquina, saca de su bolsa una libreta con una pluma y comienza a escribir.

“Tuve la fuerza de levantar la cabeza, el hombre no reaccionó, poco a poco me levante, aprovechando lo concentrado que estaba él en su libreta, me acerqué a la puerta y la intente abrir, tenia algo abajo que lo atoraba, intente sacarlo, cada vez con mas desesperación y sin ningún efecto positivo. Me acerqué a la ventana, estaba tapizada de mucho papel de libreta, era la base en la que había comenzado a escribir mi libro, apenas pocos rayos de luz entraban, lo suficiente para iluminar la habitación, intente quitarlos pero parecían estar perfectamente aferrados a la ventana, la golpeé sin un buen resultado.

“Volteé y desde su esquina el hombre me estaba observando fijamente, con la fuerte oscuridad interna de sus ojos, con mucho miedo y temblando demasiado me esforcé en preguntarle: “¿quien eres?, ¿qué quieres de mi?” recibí un fuerte maúllo a cambio, me hizo pensar un poco y busqué un poco en el cuarto, aun temblando y con su mirada inexistente, fija y penetrante encima de mi, no veía al gato ciego en ningún lado, entonces lo noté, aquello que tanto me observaba era mi gato

“Al notar que me había dado cuenta de lo que ocurría, el se me acercó, yo desesperado intentaba alejarme de el en vano, y se arrulló conmigo ronroneando, a estas alturas yo estaba a punto de llorar, cuando vi que se durmió, intenté pensar alguna solución, en ese momento no pude hacer nada, pues si me movía seguro el se despertaría, sin saber como ni porqué, caí dormido.

“Desperté y el estaba de nuevo en su esquina escribiendo en su pequeña libreta, esta vez volteando hacia mi varias veces para luego continuar escribiendo en su libreta, me levante, esta vez con mas confianza por que note que el no planeaba hacerme daño, me dio hambre, entonces volvió el pánico de nuevo, estaba encerrado en mi propia habitación, no podía salir a la cocina, no tenia que comer. Mientras pensaba esto escuché un pequeño crujido, era el estomago del gato, los dos volteamos al mismo punto, su pansa, luego el me volteó a ver a mí, sin nada que hacer, y yo con los nervios de punta por su mirada oscura tan penetrante le dije un poco tartamudo: “no puedo salir a la cocina, solo si me dejas salir podremos comer” al oir esto me observó por dos segundos mas y volvió a su libreta, pensé y busqué soluciones, no había ninguna, estaba y sigo encerrado aquí, con él.

“Solo pude pensar en una cosa, en un solo plan: que me rescataran, en menos de una semana la editorial notara que no aparecí, intentaran contactarme, no responderé, hablaran a la policía e irrumpirán aquí, si el gato pudo volverse humano, o humanoide, o lo que quiera que sea eso, podrá volver a lo que antes fue, entonces parecerá que simplemente me encerré yo solo aquí, y el gato saldrá inocente y atrapara a alguien mas, en este momento comienzo a escribir esto, para que cuando entren aquí y me vean muerto de hambre, lean esto y se encarguen del maldito gato".

“Han pasado tres días de lo ultimo que escribí, muero de hambre y parece ser que el también, pero no hace nada, sigue escribiendo, sigue observándome, pareciera que me analiza, soy su experimento, soy su muñeco de prueba, ¿Qué quiere de mi?, ¿por qué hace esto?, ¿no fui al único al que se lo ha hecho?, quiero salir de aquí, quiero que ese gato se aleje de mi, no le puedo hacer nada, no cambiaria nada, seguiré atrapado aquí si lo mato, debo seguir su juego, terminar su prueba, quizás así me deje salir, quizás así quede en libertad, solo debo esperar, dejarlo a el terminar, no preocuparme y seguir tranquilo, estoy al borde de la locura, ayuda por favor, AYUDA, AYUDENME, NO QUIERO SEGUIR AQUÍ, AYUDA!”

Texto encontrado junto a un cuerpo dentro del departamento, el cuerpo se encontró en la cama, sobre el un gato negro y sin ojos, al cuerpo le faltaban partes de su piel, debajo de las manos habían restos de carne, los policías antes de leer esto creían que el estrés había llevado al escritor al borde de la locura, para encerrarse el solo y alimentar a su gato y el mismo con su propia carne, el diario encontrado a un lado del cadáver dio a entender otra cosa, en cuanto los policías entraron al cuarto el gato volteó y los miró con la profunda oscuridad de sus cuencas vacias, miro fijo a uno de los policias allí presentes y extrañamente ese fue el único al que el pánico no poselló, tomo al gato entre sus brazos mientras registraban el lugar, al irse todos, y que nadie aun leyera el diario, ese policía se fue directo a su casa con el felino, desde hace 4 días no se tienen noticias de el ni de su familia.